
Sucede en París, pero el escenario podría ser cualquier otro porque las protagonistas de esta historia no pasean ni por la torre Eiffel ni por los campos Elíseos. Los diamantes de esta película
se mueven en otro mundo, por los barrios donde la ley más importante es la de la calle y donde es la reputación, y no el bolso de marca que luzcas por Avenida Montaigne, la que grita tu estatus.
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